Desde sus inicios, Tierra Patagonia se ha comprometido a respetar profundamente la zona en la que se encuentra. Un claro ejemplo de ello es que durante su construcción, para evitar cualquier daño medioambiental, los paisajistas Catalina Phillips y Gerardo Ariztía retiraron temporalmente la vegetación de los alrededores, la trasladaron cuidadosamente a un invernadero y, una vez finalizados los trabajos, volvieron a plantarlas alrededor del hotel.

Gracias a sus esfuerzos, se conservó el ecosistema original, y hoy recibimos visitantes de animales salvajes del Parque Nacional Torres del Paine y sus alrededores.

Así ocurrió recientemente un acontecimiento inesperado que mantuvo en vilo a todos los que se encontraban en el hotel: un ñandú decidió hacer un nido para incubar sus huevos muy cerca del hotel. Durante aproximadamente un mes, esta gigantesca ave no voladora, similar a un avestruz, esperó a que nacieran sus crías, o sus "charitos", como llaman los lugareños a los bebés de esta especie patagónica.

Teniendo cuidado de mantener siempre una distancia respetuosa sin molestar al ñandú, los huéspedes y el personal del hotel siguieron la historia de este nuevo amigo mientras empollaba pacientemente.

Kineret Múñoz, Subjefa de Excursiones de Tierra Patagonia, fue una de las testigos más entusiastas de este acontecimiento y nos lo contó con mucha emoción. "Tuvimos súper suerte", dice, y agrega que si bien es normal ver animales como guanacos, zorros y hasta pumas cerca del hotel, "no es común que estas aves construyan sus nidos aquí."