"Si comes calafate, volverás", es una superstición popular de la región de Magallanes. Aquí, en el extremo más austral del mundo, esta fruta es muy apreciada. No sólo es característica de muchos platos típicos, sino que también tiene un profundo significado cultural. Además, estudios científicos lo consideran un superalimento capaz de aportar múltiples beneficios a la salud, debido a su alta concentración de antioxidantes.

El calafate, conocido científicamente como Berberis microphylla, es un arbusto espinoso que se encuentra exclusivamente en la región patagónica de Chile y Argentina. Tiene hojas perennes, pequeñas espinas y puede alcanzar 1,5 metros de altura. Sus flores amarillas florecen entre octubre y enero. Durante el verano aparece su fruto, una deliciosa baya de color negro azulado.

Lo verás en excursiones durante tu visita al Parque Nacional Torres del Paine Suele crecer aislado, prefiere la luz solar directa de los claros cercanos a bosques de ñirre, coigüe y lenga. Los guanacos y otras especies que se alimentan de los frutos del calafate son claves en la diseminación de sus semillas a través de sus excrementos, contribuyendo al proceso de regeneración.